Nunca celebro cosas como ésta, ni me gustan los conmemorativos. De hecho, y como muchos otros opinan, ponemos días para recordar las cosas cuando éstas son olvidadas. Hay un día de la mujer trabajadora, el día de la paz o el día de los trabajadores. Pero resulta que el resto del año no nos acordamos ni de la mujer que trabaja, ni en qué consiste la paz ni tampoco de las necesidades de los trabajadores.
El día de lo que sea es siempre un parche para suplantar el interés que deberíamos tener sobre ciertos temas realmente importantes como los aquí mencionados. Y dentro de todos estos días conmemorativos, y desde hace pocos años, aparece el
Día Mundial de la Filosofía. ¡Pues vaya estupidez! Pensaréis algunos. Pues sí... es una estupidez que exista tal día, como todos los otros porque, como he dicho ya, esto supone que no tengamos presente todas esas cuestiones el resto del año.
La Filosofía es entendida hoy en día por el común de los mortales como una disciplina académica que más o menos tiene importancia dependiendo del beneficio que se le pueda sacar en lo que a rédito académico se refiere. Aquellos que nos dedicamos a la filosofía sabemos que no es fácil explicar qué es filosofía ni la importancia que tiene ésta en la vida de todos nosotros. Más allá de la dificultad que se encuentre en estudiar unos autores u otros - y esto no sería filosofía -, la importancia de esta disciplina rádica en la gran apertura de miras que nos ofrece respecto al mundo que nos rodea una vez hemos iniciado contacto con ella. La filosofía es reflexión, es comprensión, es interpretación y, por encima de todo - y además de muchas otras cosas -, la filosofía es crítica. Y la crítica se ha vuelto - y debido a las circunstancias sociales actuales - cuestión importante en nuestros días, pero no tenemos presente que la crítica - y con ella la filosofía - ha estado uno de los motores principales del progreso humano, siendo una de las principales ayudas para que el hombre desarrolle su vida, su historia.
Creemos que la Filosofía es una tarea de divertimento, e incluso ociosa. Nada más lejos de la realidad; la Filosofía se estudia para desarrollar las cuestiones humanas con la pretensión de mejorar el conjunto de seres humanos y todo aquello que esté relacionado con éstos: el Mundo; ni Aristóteles, ni Kant, ni Platón, ni tampoco Nietzsche hicieron Filosofía por el sola razón de divertires o entretenerse. La Filosofía no se estudia - o no debería estudiarse - por el hecho de conocer cuestiones relativas a nuestra existencia que puedan permitirnos, de un modo u otro, comprendernos mejor y ser más felices; éste puede que sea uno de los elementos que conforman el estudio filosófico, pero no debe ser el único, ni tampoco el primordial. Sin querer pecar de finalista, la Filosofía debe ayudarnos a construirnos mejor a nosotros mismos para poder construir un Mundo mejor. Así, la Filosofía no debería enfocarse - y me refiero a la enseñanza media en estos momentos - como una historia sobre Kant, o Platón, o Aristóteles o Nietzsche. Kant, Platón, Aristóteles o Nietzsche deberían presentársenos como medios transformadores de la realidad, como elementos que nos ayuden a descifrar el mundo y - como hacemos con las ciencias naturales - poder comprender de qué se compone. Porque la filosofía no debe estar presente simplemente en aquellos ámbitos académicos que se han (mal) llamado ciencias humanas - porque ¿no es la química también cuestión humana?-; la filosofía debe estar presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad para que haya una reflexión continua sobre lo que estamos haciendo y, por lo tanto, si lo estamos haciendo bien o mal.
Por lo tanto, del mismo modo que no deberíamos necesitar un día de la Mujer Trabajadora, de la Paz o de los Trabajadores, debemos hacer todo lo posible para que el Día Mundial de la Filosofía no sea preciso. Y para que dejen de recordarnos que algo está ahí y que es importante para todos nosotros debemos, así, tener presente y ser conscientes, todos y cada uno de nuesros días, de que la Filosofía - como tantas otras cosas - existe, es importante y que es, por encima de todo,
necesaria. Una vida sin reflexión, sin crítica, sin interpretación, sin comprensión... esto es, sin filosofía, es una vida menos humana.